Todo esto me está sonando a un paripé sobre algo ya pactado,
siguiendo el guión marcado por el separatismo catalán en el proceso que acabó
con la elección del tal Puigdemont como ‘Molt Honorable’. Porque la dirección
del PSOE lo está deseando, ya que no le queda otra opción y, además, está
demostrando que en materia de estrategias políticas están a años luz de sus
futuros socios de gobierno.
Porque en todo este proceso los que realmente están saliendo
fortalecidos son los amigos del narcoestado, que se permiten chulear un día sí
y otro también a Pedro Sánchez y a todo socialista que se les ponga por
delante. Y parece que en el PSOE no se dan cuenta de lo que está ocurriendo.
Y es que, desde mi modesta opinión, los socialistas se están
equivocando de estrategia; estrategia que les ha llevado a un callejón sin
salida en el que siempre van a perder. Porque si se celebran elecciones a
finales de junio ante la imposibilidad de Pedro Sánchez de formar gobierno, los
podemitas se zamparán a los socialistas en las urnas, ya lo dicen las
encuestas. Pero es que si se forma gobierno y en el mismo se integra Pablo
Iglesias y su gente también lo pasarán muy mal los socialistas, será una lenta
agonía, aunque eso sí, una agonía pisando moqueta y coche oficial y con la
seguridad de que en un futuro serán “ex”, con lo que eso conlleva, porque lo
que estoy seguro es que Pedro Sánchez lo que realmente quiere es ser ex
presidente del Gobierno. Por lo tanto mal lo tiene el PSOE, porque sus
decisiones le han llevado a tener que elegir entre susto o muerte.
Y si el PSOE y Podemos forman gobierno, el Partido Popular va
a tener unos años para empezar de cero, con un nuevo líder, con un nuevo
equipo; y con la posibilidad de crear nueva estructura y convertirse en una
alternativa real y seria a lo que sin duda va a ser el peor gobierno de nuestra
democracia. Por lo que, a priori, no lo tendrían muy complicado, contando
además, con una mayoría absoluta en el Senado y siendo el primer grupo, con
diferencia, en la Cámara baja.
Por eso creo que el PSOE se equivoca, porque los socialistas,
para quitarse la sombra de Podemos, deberían haber llegado a un acuerdo con
Partido Popular y Ciudadanos, evitando que los chavistas tomen tanto
protagonismo, un protagonismo que fagocitaría al PSOE. Pero no, Pedro Sánchez
ha mirado por su interés, por su ambición, sin pensar en el bien de España ni
en el de su Partido. Porque un pacto a tres, con acuerdos claros para regenerar
la vida política, mejorar la economía e, incluso, modificar aspectos de la
Constitución, se podría haber alcanzado y estoy seguro que, mejorando la
calidad de vida de la gente, en unas próximas elecciones Podemos no habría
obtenido tanto apoyo.
Pero el PSOE se equivoca, porque está engordando a su
enemigo.
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