¿Qué son? ¡pues los graffitis de toda la vida! Da igual que sea un dibujo elaborado con no sé cuantos aerosoles diferentes que una cutre firma complicada hasta de leer.
Lo cierto es que son autóctonos de zonas urbanas y,
si bien muchos son gamberradas y por tanto delitos, unos pocos (muy pocos) han
alcanzado el cielo de la fama: por su calidad, por su originalidad, pero sobre
todo por el mensaje que transmiten. No hay que olvidar que, generalmente,
tienen un gran contenido político o reivindicativo.
Con esto, no quiero decir que esté a favor de ellos.
De hecho, los ayuntamientos suelen gastarse un auténtico dineral en su
limpieza. Es más, cuando pillan a alguien en mitad de su “momento de expresión”
y lo juzgan, no es raro que el juez le imponga como pena (entre otras cosas) la
obligación de limpiarlo… (ya podían haber pillado al que firmó en la pared
blanca RECIEN PINTADA de mi casa). Pero sí, reconozco que si los artistas
obtienen sus correspondientes permisos o son auténticas obras de arte… ¡los
miro con otros ojos!
Es verdad que los graffitis los podemos encontrar en
múltiples sitios pero a mí, los que más me llaman la atención son dos:
- Los graffitis
murales de Bansky:
Bansky es un graffitero británico que escribe bajo
un pseudónimo. Su obra es muy prolífica y deja pintadas en las principales
ciudades del mundo, sobre todo inglesas. Su obra es una constante llamada de
atención sobre la sociedad y sistema en el que vivimos.
Esto es un claro ejemplo de que una imagen vale más
que mil palabras… Curioso ¿no? A mí el que más me llama la atención es el del
soldado de la guardia real inglesa echando la “chorraíta”, porque no entiendo muy
bien el mensaje: ¿son humanos y “mean”? (como generalmente no se mueven…).
Fijaos lo que son las cosas, lo que empezó siendo
una acción reivindicativa espontánea (porque los Bansky aparecen por sorpresa
de la noche a la mañana y donde menos te lo esperas), se ha convertido en
fuente de inspiración para otros artistas y sus piezas incluso se exponen en
los principales museos del mundo, como el TATE museum de London. E ¡incluso los
roban para subastarlos!, como pasó con el del niño que cose banderitas.
Por cierto, como Bansky tiene muchos imitadores
¿será auténtico el del Ecce Homo de Borja? Jajaja.
- Las pinturas
del suelo tridimensionales:
Para mí también son graffitis, pero he de reconocer
que han evolucionado mucho: me encantan cuando intentan reflejar un mundo en el
subsuelo.
Cuando yo era pequeña recuerdo que era muy habitual
ver a personas hacer dibujos con tizas en el suelo y delante, para poder
ganarse la vida, ponían un platillo y un cartel que ponía “Gracias”. La técnica
sigue siendo la misma pero es evidente que la calidad ha mejorado muchísimo
porque detrás de esa imagen en perspectiva tridimensional hay un estudio
previo, un boceto, la búsqueda de un espacio adecuado para realizarlo…
Esto sí que es arte efímero porque se limpia de un
manguerazo.
¡Otra forma
más de expresión del Street Art!
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