José Quijada Rubira, @PepeWilliamMunn, al que ya muchos conocéis, me ha
remitido este artículo que hoy incluyo en DECDLT. Como siempre digo el Blog
está abierto a todo aquel que quiera participar.
A la muerte de Franco, tras las elecciones de 1977,
España aprobó la Constitución de 1978 con un altísimo porcentaje de votos
favorables, sentando las bases para una ejemplar
convivencia futura y para la creación de un Estado del Bienestar, que nos haría
ser la envidia de todos y espejo en qué mirarse. Los mal llamados “padres de la
patria” y sus trompeteros, nos presentaron el nuevo sistema como un bálsamo
reparador, ungüento mágico y antídoto contra todos los males que España y los
españoles habíamos padecido y sufrido anteriormente, bendecido todo por el
“establishment” cultural.
Casi cuatro décadas después, todo lo que nos
prometieron aquellos cacúmenes no se ha cumplido; su fantasía se ha diluido como
un azucarillo en el agua y nos han dejado de herencia una nación muerta,
difunta, sobre cuya piel de toro nos movemos sus habitantes sin saber dónde ir
ni qué hacer, presa del desaliento y del pánico de quien sabe que nada puede
hacer para salvarse de su trágico destino.
¿Qué ha pasado para llegar a esta situación? ¿Qué
nos ha llevado a este final? Pues que esas mentes privilegiadas, esos prohombres, abrieron la caja de Pandora de
nuestros males, dando carta libre a todos los demonios patrios, amamantándoles
y facilitándoles su crecimiento, permitiendo que toda España sufriera una
metástasis irreversible que le ha llevado a su óbito. Lo peor de todo es que
esta permisibilidad fue consentida, con la total aquiescencia de los que
supuestamente velaban por España, sintiéndose, aún hoy, orgullosos de su
hazaña, incapaces de la mínima autocrítica. Esta arrogancia sin parangón en la
historia, les impide reconocer que:
1). Permitieron desgajar a España en 17 reinos de
taifas, que debilitaron a la nación hasta su aniquilación y desmembración
completa.
2). Permitieron la muerte de Montesquieu,
convirtiendo al poder judicial en una marioneta de los políticos y,
consecuentemente, la pérdida de la independencia.
3). Permitieron sentar las bases de una educación de
odio hacia España, alentando el separatismo de manera imparable.
4). Permitieron pactos con el terrorismo etarra,
concediéndoles su ingreso en las instituciones a cambio de nada, vejando y
humillando a las víctimas.
5). Permitieron la corrupción a gran escala, en
todos los estamentos, enriqueciéndose a base de exprimir a la sociedad.
6). Permitieron un sistema de partidos, con poderes
omnívoros, creando una casta privilegiada, donde el nepotismo y la corrupción
es su modo de vida.
7). Permitieron arrinconar y silenciar las gestas
pasadas de España, avergonzándose de su heroica historia.
8). Permitieron sobrepasar los 6 millones de
parados, mientras los políticos, sindicatos y demás prebostes, se enriquecen de
manera fraudulenta.
9). Permitieron el entierro de miles de empresas,
mientras no recortan nada de la elefantiásica administración generada por la
corrupta clase política, para premiar a sus acólitos.
10). Permitieron la impunidad y la delincuencia
reincidente, soltando asesinos con pretextos sonrojantes.
11). Permitieron invertir los valores tradicionales
de nuestra nación, `por un relativismo y hedonismo que han socavado los
cimientos y las bases que nos sostenían.
Sólo se puede destruir una nación, cuando ella misma
se ha destruido interiormente. Los ejemplos anteriores, aunque resumidos, son
ilustrativos de esa demolición llevada a cabo desde nuestro interior, por
nuestros dirigentes. Los que aún habitamos el cadáver de España, somos los restos que dan fe de que existió
una gran nación llamada España, de la misma forma que los restos de
civilizaciones antiguas, como la egipcia o maya, demuestran la presencia y
realidad de ellas. El gran lírico romántico, Gustavo Adolfo Bécquer, escribió: “Cuando
la campana suene, si suena en mi funeral, una oración al oírla ¿quién
murmurará? Cuando mis pálidos restos oprima la tierra ya, sobre la olvidada
fosa, ¿quién vendrá a llorar? ¿Quién, en fin, al otro día, cuando el sol vuelva
a brillar, de que pasé por el mundo, quién se acordará?”. Sería un buen
epitafio para esta España extinta.
Todo esto ya había algunos que adivinaron lo que iba a pasar, pero de manera malintencionada se le llamaba, trasnochado, vidente, sectario. Ahora ajo y agua, ya estamos como hemos deseado.
ResponderEliminarPero veo que seguimos sin aprender nada. Con las pocas medidas que da y con lo que hace critica, veo que estamos condenados a la miseria durante años.
Alguien dijo:
ResponderEliminar"Todos los trabajadores, ante la angustiosa situación presente, han de preguntarse a qué se debe el que, a pesar de los constantes cambios de Gobierno, a pesar de haber gobernado las izquierdas, a pesar de los Gobiernos de centro y de derecha, el paro aumente sin cesar, la carestía de vida se haga cada vez más agobiadora y la pugna entre las clases sea cada día más áspera. Con Gobiernos en que figuraban ministros socialistas, todas las calamidades que abruman a la masa obrera no sólo no tuvieron solución, sino que se agudizaron. Con Gobiernos de derecha, toda la política se orienta en contra de los productores; empeoran las condiciones de trabajo, se reducen los jornales, aumentan las jornadas, se los persigue, etc. ¿Qué significa esta coincidencia en el fondo de los partidos políticos, sean de derechas o sean de izquierdas? Significa que el régimen de partidos es incapaz de organizar un sistema económico que ponga a cubierto a la masa popular de estas angustias; que tanto unos partidos como otros están al servicio del sistema capitalista."
Cada día estoy más de acuerdo con algunos pensamientos de esta victima de Franco....