martes, 29 de octubre de 2013

POR EL BIEN DE LA SOCIEDAD


Ayer tuve la oportunidad de charlar con un sindicalista jubilado, una persona coherente, honrada y que ha dedicado gran parte de su vida a ayudar a los demás y a trabajar por lo que consideraba justo, con la intención de mejorar el mundo que le rodea.

Y me llamó mucho la atención como se refirió a los actuales dirigentes de los principales partidos políticos y sindicatos, se refirió a ellos con un rotundo “chorizos”, aunque también añadió seguidamente que si los partidos políticos y los sindicatos no existieran habría que inventarlos. Algo con lo que estoy totalmente de acuerdo.

En el escaso cuarto de hora que duró la conversación dio tiempo a hablar de muchas cosas, entre otras del problema indicado de los partidos políticos y los sindicatos, en definitiva, del actual sistema controlado por la casta. También intercambiamos opiniones sobre el sistema electoral, el gran problema actual de nuestra democracia, y es que no es lógico que en virtud de la Ley d’Hondt, un partido como Izquierda Unida con algo más de 1.600.000 votos obtenga 11 diputados y CIU con 1.000.000 de votos cuente con 16 escaños, o UPyD con  más de 1.100.000 votos obtenga los mismos escaños que el PNV, con algo más de 323.000, es algo que cualquier persona con dos dedos de frente no comprende y que se debería modificar.

También hablamos de la necesidad de que en la política, como en la vida, se aplique el sentido común y que se empiece a trabajar y a pensar en los ciudadanos y no como ocurre actualmente, pues la mayoría de nuestros políticos solo piensan en agradar al que hace las listas y no conocen ni a sus votantes.

Me alegró coincidir con una persona con esta forma de pensar y de ver la política actual, y es que aunque tengamos ideologías más o menos alejadas, él más de izquierdas, yo más de derechas, el sentido común y buscar el bien de la sociedad ha de prevalecer, ha de estar por encima de todo.

2 comentarios :

  1. Amigo Angel, los partidos y los sindicatos, como tantas y tantas organizaciones sociales creadas para representar y defender los derechos de clase, no son malos en sí mismos, sino en función de los tiempos que corran y del uso ilegítimo que las personas hagan de ellos. El tiempo vuela, y es posible que ese amigo tuyo, que te recomiendo que conserves, haya conocido a unos sindicatos diferentes a los actuales; unas organizaciones que no habían probado las mieles, ni de las subvenciones para “Cursos de Formación”, ni las muy abultadas que los partidos consiguen que se les asignen para que les dejen tranquilos en la gestión de lo “suyo”. Por tanto, no es solo que el tiempo vuele, sino que el dinero lo emputece todo, incluso los objetivos de los justos.
    Por eso estoy de acuerdo con tu amigo cuando dice que, si los partidos y los sindicatos no existieran, habría que inventarlos; pues los ciudadanos no tendrían cauce para hacer llegar sus inquietudes a los que ostenten los poderes del Estado; ni los trabajadores, a quienes les defendieran de la tiranía de sus patronos. Sin embargo… ¿de qué época estamos hablando? Supongo, que de una, en la que las nuevas tecnologías no ofrecían la posibilidad de crear foros virtuales en donde plantear reivindicaciones; controlar la gestión de gobernantes, legisladores y jueces; o votar para apoyar u oponerse a las leyes en proceso de creación. Y es que el tiempo vuela, y nos empecinamos en mantener un modelo de democracia que supuso una revolución en 1776, pero que hoy está clara y necesariamente superado.
    Por otra parte, me ruborizo mientras pienso en las cosas que se me ocurre escribir sobre los sindicatos; basta con que diga que, en unos tiempos en los que a un trabajador le basta con teclear un buscador para rastrear una nueva oportunidad laboral, o que un cliente haga otro tanto para cambiar de proveedor, lo último que le hace falta al sistema es una ley, o una organización sindical, que trate de invertir el sentido de un rio caudaloso e imparable.
    A día de hoy, es de chiste empecinarse en defender el modelo democrático tradicional y las instituciones que le son propias, y tan descabellado como aquel que, para dar más libertad a su mujer, se limitó a agrandar la cocina.

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  2. Otro buen articulo, pues has traído lo que piensan los de la calle y creo que para eso estamos aquí debatiendo.
    Ningún ente o formación es mala, es por la dejación de los que la componen y con una pizca de tiempo donde se corrompe. Claro ejemplo que no es malo ser cristiano, pero la iglesia católica esta podrida hasta los ojos.
    Ángel, la justicia no es ni de derechas ni de izquierdas, es de sentido común. No es justo lo de los escaños, por eso las personas con sentido común las desean.
    En el 15M el cual he tenido el placer de hablar con algunos de ellos, cuando estaban en la plaza, eran votantes del PP y del PSOE y eso si la gran mayoría de partidos minoritarios, como IU. Decían que hacer leyes para que los ministros no roben no eran de ser de izquierdas era de demócratas. Tenían toda la razón.
    No creo que los separe tantas cosas a Manuel Milian y a Julio Anguita, las dos personas son honradas y comprometidas con el pueblo. Seguro que están en contra del paro y harían algo para cambiarlo, solo los separa la forma de hacerlo, y eso es subjetivo, no hay ninguna ley que diga que puede hacerse de manera automática. Solo los años y los hechos le daría o le quitaría la razón.

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