El Parlamento de Andalucía ha cambiado el Reglamento de la Cámara para aprobar el llamado “escaño número
110”, con el objetivo de dar la posibilidad de que los ciudadanos puedan
participar en el pleno y/o comisiones del Parlamento a fin de defender sus
iniciativas legislativas populares. Leído así parece fantástico.
Y más fantástico parece cuando lees las
declaraciones del Presidente de la Junta. Dice el Sr. Griñán que <<con la
puesta en marcha del conocido como escaño 110, Andalucía se convierte
en "pionera y referente en transparencia y calidad democrática">>.
¿Pero qué es eso del escaño 110? Resulta que el
artículo 111 del Estatuto de Autonomía de Andalucía permite que tanto los
ciudadanos como los Ayuntamientos de la Comunidad Autónoma puedan iniciar el
procedimiento legislativo presentando proposiciones de ley ante el Parlamento
para que éste, si lo considera conveniente, las debata y apruebe pasando así a
formar parte de nuestro ordenamiento jurídico. Cuando esta iniciativa la
ejercen los ciudadanos son necesarias las firmas de al menos 75.000 ciudadanos,
que gozando de la condición política de andaluces, conforme a lo dispuesto en
el Estatuto de Autonomía, sean mayores de edad y se encuentren inscritos en el
Censo Electoral vigente el día de presentación de la iniciativa ante la Mesa
del Parlamento.
O sea Señor Griñán, que esto tiene truco, que lo
único que se ha hecho es permitir que un representante de los firmantes de la
iniciativa popular pueda participar en los debates del Parlamento, para
defender la propuesta.
Bueno, esto puede considerarse un avance
democrático, pero ¿qué ventajas conllevará? ¿será realmente útil?
Mire usted Señor Griñán, si queremos transparencia y
calidad democrática hagamos una cosa, reformemos la ley, apostemos por las
listas abiertas y circunscripciones más pequeñas, así sí se avanza en la
democracia, así los ciudadanos conocerán a sus representantes y los
representantes a los ciudadanos, porque no los conocen. Y me permito el
atrevimiento de lanzarle una apuesta, seguro que no se sabe el nombre y
apellidos de los 47 diputados que conforman el Grupo Socialista, porque ni
usted conoce a sus representantes.
Con listas abiertas, con circunscripciones más
pequeñas, sí se avanzaría en la democracia, porque los políticos se
preocuparían por sus electores y no tanto por los jefes del partido. Los
políticos darían la cara ante los ciudadanos para ser reelegidos.
Si queremos avanzar en la democracia, si queremos
más transparencia, eliminen también la disciplina de partido (la disciplina de
voto), que los políticos respondan ante los ciudadanos, no ante su partido.
Claro que si es maquillar lo que está mal. A mí me gustaría poner en la palestra lo que veo mal de este sistema electoral, que me parece que carece de equidad, justicia y de proporcionalidad
ResponderEliminarPara mí los 2 grandes problemas del sistema, aparte de lo mencionado por el anfitrión es:
1.La circunscripción electoral es la provincia. A cada provincia se le otorgan un número de escaños que se distribuyen según los votos. El problema es que el número de escaños por provincia es muy pequeño y por tanto solo los partidos con mucho apoyo en la provincia obtienen escaño.
2.Se emplea la Ley D´hondt para el reparto de escaños en cada provincia. Este método no es del todo proporcional y tiende a favorecer a las mayorías.
Los partidos mayoritarios se han acostumbrado a mantenerse en la poltrona, a consta de este sistema que degenera la democracia.
Para mi todos los votos deben de valer lo mismo. Pero aun más, también creo que la abstención se debería de ver reflejada en la cámara de los diputados. Ósea que si hay un 30% de abstención al ver los diputados y contarlos debería de haber esa misma cantidad de escaños vacios.
Hola Un Anónimo. Estoy de acuerdo contigo, solo tengo dudas en cuanto a la forma de reflejar la abstención. A lo mejor otra opción sería declarar nulas unas elecciones cuando no se llegue a un nivel mínimo de participación, obligando a repetirlas. Lo que tengo claro es que algo hay que hacer. Un saludo.
EliminarÁngel también vale esa opción pero cuando alcance unos niveles de abstención que supere el 50%. Por supuesto, que hay que hacer algo, pero una vez puestos se debería de abrir un debate serio y reflexivo, dejarse y olvidarse de las mayorías, hacerlo para buscar lo justo y proporcional.
ResponderEliminarEjemplo claro lo tenemos en los referendum de los estatutos de autonomía. Por ejemplo, el de Cataluña, en el que hubo una participación del 49.42%. No votó ni la mitad del censo.
EliminarSociedad civil y democracia ¡¡¡¡¡¡¡¡ya!!!!!!!
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